Se dice que está la familia que te toca y la familia que tú eliges. Supongo que para cada persona la familia representa algo diferente. Para algunas representa el cuidado mutuo pero para otras está ligada directamente a los «lazos de sangre». Y lo que puede ser una red de seguridad para ti, es una cárcel para otro por muy inexplicable que parezca. 

Para nosotros el concepto de familia se basa en cuidado, respeto y amor incondicional. Donde no se juzga, se deja ser y no se abandona cuando las cosas no salen como nos gustaría. Donde lo das todo sin exigir nada a cambio. Pero la vida, siendo tan sabia, hace que te acabes llevando algo bueno de todo eso que has ofrecido desinteresadamente. Sería como el círculo virtuoso del amor. Por ello también incluimos en la familia a los animales, esos seres tan maravillosos que nos hacen mejores personas. Si lo piensas, tiene todos los ingredientes de una familia: nos cuidan, nos aceptan y no nos intentan cambiar. Nos dan todo el amor del mundo y su bienestar reside en el nuestro. Y además nos ayudan a crecer.

Porque en una familia todos los miembros son importantes. Ninguno merece más que otro. Pero esto no siempre se cumple, y aun así nos empeñamos en seguir llamando familia a aquella que en realidad no lo es.

¿La familia nace o se hace?

Nos han hecho creer que la familia original, la de verdad, es la que te ve nacer. Que por el hecho de «tener la misma sangre», automáticamente eso debe unirte para siempre a ella sin importar lo que hagan porque, en la familia, todo se perdona. Al final se reduce a: lo hago por tu bien, me duele más a mí que a ti, quien bien te quiere te hará llorar… Y creces pensando que todo eso que tanto te angustia y habla tan poco de ti, es lo normal. Que la familia que te ha tocado va a ser la única con la que podrás contar a la hora de la verdad. ¿Estamos seguros? Porque no todas las familias son iguales. 

Dejemos de romantizar a familias que en realidad no lo son

Es innecesario decirle a alguien que tiene que aceptar y querer a esa familia original porque es lo correcto. Sobre todo cuando no ha habido ni cuidado ni amor. Porque puede parecer surrealista, pero hay padres que no quieren a sus hijos, hay hijos que no quieren a sus padres. Lo mismo pasa con hermanos, primos, tíos… Porque el vínculo real lo creamos nosotros a base del cuidado y cariño mutuos, cuando la comunicación y el respeto son la base de la relación. Y sí, hay generaciones pasadas que no han sabido comunicarse ni dar ese amor como lo esperábamos porque la supervivencia era lo primero. Pero, a pesar de eso, sabíamos identificar si había amor o no en aquello que hacían.

No podemos quedarnos en esos comportamientos de tiempos pasados en los que tu bienestar emocional no importaba, porque lo importante era seguir regando ese árbol genealógico al que perteneces. Pero, ¿qué pasa cuando te das cuenta de que no es ahí adonde perteneces? ¿Qué pasa cuando necesitas construir tu propio árbol genealógico de cero?
Una vez leí que el árbol genealógico también se poda, aunque nosotros nunca hemos pensado en ello así, sino en tener nuestro propio árbol: el bonsái. Es pequeñito pero no por ello sus cuidados lo son, al contrario. Hemos tenido que trabajar mucho para que crezca fuerte y sano a pesar de los temporales.

A veces no nos queda otra que podar nuestro árbol genealógico o crear uno propio con nuestros valores y nuevos miembros, que es a lo que empezamos a llamar la familia elegida. Aunque para nosotros esa es la real, la que se hace.

La familia es la que te ayuda a crecer sin pretender destruirte. La que no te obliga a ser  perfecto pero siempre va a querer que saques lo mejor de ti. No te suelta de la mano pero tampoco te encadena. Te protege dejándote ser independiente. Si pone límites es porque son necesarios, pero eso no incluye limitarte a ti. En la familia se tiene la libertad de ser uno mismo. 

Y sí, hay familias que nacen y se mantienen familia con el tiempo. ¿Por qué? Porque no han dejado de hacer que así sea. Con sus actos han hecho que cada miembro sea importante, porque hay que recordar que en la familia importamos todos por igual. Por eso para nosotros la familia se hace, ya sea porque hayas tenido la oportunidad de nacer en una de ellas o por haber creado la tuya propia. No importa que tu bonsái sea formado por pareja, hijos, perros, gatos, amigos… o todos ellos a la vez, lo importante es que tenga todas esas cosas que para ti hacen una familia de verdad.

¿Por qué romantizamos a la familia?

Quizá tengamos miedo a la soledad. Nos agarramos a esas personas que nada tienen que ver con nosotros y que, a pesar de hacernos la vida más difícil, los aceptamos como parte de de ella aun sabiendo que sin ellos estaríamos mucho mejor. No nos damos cuenta de que si nos empeñamos en seguir en un árbol que no es el nuestro, algo en nosotros acabará muriendo.
No es sencillo renunciar a lo que hasta hoy ha sido tu familia y es algo que cada uno tiene que valorar. 

No sé en qué momento hemos normalizado que tengamos que querer a alguien por el simple hecho de tener un «vínculo de sangre». Eso no tiene mérito alguno. Es esperar a que la vida te de sin ofrecer nada por el papel que te ha tocado dentro de la familia. Pero la familia se construye con amor y dedicación. No se sienta a reclamar sus derechos. ¿Dónde queda sino el equilibrio en eso de cuidarnos?

A veces no nos queda otra que cortar relaciones por nuestro propio bienestar emocional. ¿Es fácil? No ¿Duele? Al principio sí ¿Te acostumbras? Lo aceptas.
Cada persona tiene que saber dónde están los límites dentro de las relaciones familiares. Claro que hay aceptar a los demás como son, siempre y cuando esa forma de actuar no haga daño al resto. En la familia no todo vale, pero nadie excepto tú, decide sobre ello.

Hay amistades maravillosas que también se convierten en familia. A veces dura un breve periodo de tiempo y otras toda la vida. 

¿Pero es menos familia que la que te ha visto nacer? En muchas ocasiones no.  Porque estar en familia es sentirse en casa. Cada uno es libre de elegir a qué familia pertenece. Si en la que nacemos sentimos que es nuestro árbol, todo bien. Pero sea cual sea el tuyo, no olvides regarlo y darle todos esos cuidados que necesita. 

Cuando la familia te impide avanzar de manera consciente, entonces no es familia

DEJA UN COMENTARIO

Your email address will not be published. Required fields are marked

Resumen de tratamiento de datos

  1. • ResponsableEmocionEscrita.com
  • Finalidad: moderar y responder comentarios de usuarios.
  • Derechos: puedes ejercer tus derechos de acceso, rectificación, supresión, oposición, portabilidad y limitación del tratamiento de tus datos enviando un correo a contacto@emocionescrita.com, acompañando copia de tu DNI o de otro documento que acredite tu identidad, así como presentar una reclamación ante la autoridad de control.

  1. Bonito artículo en el cual me identifica completamente, ánimos con el blog, se aprecia mucha dedicación y pasión en todo su contenido.

    1. Gracias por comentar Xavier. Así es, escribimos cada artículo con la intención de que sea de utilidad y haga reflexionar. Nos alegra que te haya gustado.

{"email":"Email address invalid","url":"Website address invalid","required":"Required field missing"}

¿Quieres más? 
Revisa nuestros artículos

Miedos
La Familia
El momento es ahora
La Navidad sin ti

Suscríbete gratis a la newsletter y te avisamos de nuevos artículos